Entonces, ¿qué es un glitch?
En el lenguaje de la informática y los videojuegos un glitch es un error en el sistema que no afecta su funcionalidad. Es, en corto, una interrupción: un sobresalto que propone continuidad, pero que en su temblor pone en evidencia la existencia de la estructura que contiene el verosímil. Algo que no debería estar ahí pero que está, dejando ver la imperfección en la programación.
El error me fascina, vivo por el error. Beatriz Vignoli en su poema “La caída” decía “en lo único que creo es en el accidente”. Sí, suscribo. Este espacio es un manifiesto en contra de la perfección, y sobre todo en contra de la utilidad unívoca de los acontecimientos, en contra de la belleza controlada. A favor de la abstracción, la contradicción, del capricho como una forma de luz, y de la duda-motor, error-pulsión. La duda que no paraliza. La duda que invita a decir “bah, qué más da. seguimos”. A favor del salto en el guion, lo inesperado que invita a buscar y ver de otra manera.
La invitación es a repensar el código, el lugar donde programamos mal, el lugar donde fuimos humanos, falibles. Un glitch es una pista, como el síntoma en la neurosis.
Más de una proposición puede ser verdadera al mismo tiempo. Me repito como mantra. Vivo y no vivo acá. Vivo y no vivo allá.
Más de una cosa puede ser verdad al mismo tiempo… Miedo y deseo. Certeza e incertidumbre. Querer y no querer. Pérdidas y ganancias. Y moverse desde la contradicción, como hacer un punto de tejido: volver un poquito, avanzar otro poquito, tomando la trama anterior, avanzando sobre ella.
Terrorhermoso.
Sin contexto, el inicio de un incendio es de una belleza demencial. Es decir que una chispa, quizás, sea un glitch analógico. Errorprecioso, ¿acaso no imitamos la emoción de la chispa cuando inventamos los fuegos artificiales?
Un glitch sería una falla que propone una continuidad, lo efímero que revela algo más: como un fallido en el discurso.
Tanto el glitch como la chispa no deberían estar ahí. Son accidentes que activan: el pensamiento, la revelación, el conflicto, el deseo, el cambio.
Momentos-verdad, momentos-portal.
Étincelle: Partícula incandescente que se desprende de un cuerpo en llamas o del roce entre dos cuerpos. (Y qué poco tiene para decir, de repente, la palabra “chispa”.)
Étincelle: Inicio súbito de algo intenso, como una emoción, idea o energía.
Étincelle: detonante, hecho menor que desencadena algo más grande.
Étincelle: instante eterno. Amor que solo puede ser verdadero y trascendental. Porque el oro absoluto es eso, ¿no? Una chispa es un girón de sol. Oro, oro, oro — momento sagrado, en que tú y yo, conectamos. Ver los ojos de alguien brillar en el medio de la fiesta y gritar “¡me caso!”, y que se te pierda un moño del zapato.
¿Hay algo más verdadero que ese instante en el que todo parece posible aunque la vida después continúe su curso de pantallas planas en distintos tonos de gris? Y que todo no se pueda, o todo no suceda como esperamos. De todas formas, hay algo más extático que el momento en el que se inicia un fuego? La luz necesita la oscuridad. El brillo es una cosa en sí formada por la luz y su contexto-sombra, como propuesta heraclítea.
El sintagma “la vida” es una matriz vacía.
Este espacio también se trata de ejercitar el decir al punto de la más absoluta especificidad. Y una cosa es ir por ahí como transportado por una cinta de aeropuerto, y otra muy distinta es generar el relieve paso a paso, tallar la piedra de la experiencia, un paisaje artesanal.
Una vida y otra vida no deberían ni poder nombrarse del mismo modo. Pero no encuentro otra imagen para llamar a eso que hacemos desde que abrimos los ojos hasta que los cerramos, e, incluso, con los ojos cerrados, como cuando nos subimos a una montaña rusa.
¿Continuo espacio temporal pseudo-individual? ¿Experiencia única y universal? ¿Videojuego de realidad? ¿Intentos por controlar el flujo demencial de belleza y horror? ¿Tetris de carne y hueso? ¿Milagro infernal?
Perfectohermosovelozluminoso.
Glitch, este que ves en tu pantalla en este momento, es una carta de amor, de dolor, que llega sin previo aviso: como llegan el amor y el dolor, sin pedir permiso. Mi único compromiso es con la transparencia y lo demás: la frecuencia, la geografía, los títulos y las etiquetas, todo eso puede cambiar.
Y esa es mi propuesta, se monta sobre lo accidental, porque no puedo evitar ser un poco desorganizada, y a su vez es una invitación.
Este accidente es un regalo para vos, una propuesta.
La de hacer de la lengua y los espacios que habitamos lo que se nos dé la gana. La de la escritura como ejercicio de libertad; la vida como ejercicio de libertad, a pesar de la constricción inevitable a la que cada unx de nosotrxs se enfrenta. Encontrar el vericueto en la trama que habilite la acción, el error en el sistema que permite escurrirse, el lugar por donde pasamos como agua sagrada.
Glitch soy yo. Me entrego sin reparos, a puro riesgo.
A veces sé que escribo para justificar mi existencia, como si quisiera convencerte de que me merezco un lugar en el mundo, y, cuando lo hago, me doy cuenta de que vos también sos una falla fantástica. Existir es un glitch. Personas con errores de diseño, llevando funcionalidades que no sirven para nada verdaderamente útil como charlar por tres horas sobre quién sabe qué, un chiste que se monta sobre otro, y así, y tener la capacidad de amar con locura el color azul.
¿De qué sirve la emoción?
¿De qué sirve una lengua si no es para morderla?
Chispa, incendio, terremoto.
Instante plateado, dorado, tornasol.
Instante querer bailar pop chileno por el resto de los días.
Instante una paloma me sale del pecho y llevo gorguera.
Instante estallo como una ola turquesa.
Instante inventar un lenguaje donde los verbos son adjetivos
y las personas son acciones.
Me pica la arena, me duelen los dientes, ¡qué lindo es el mar! Tengo una gripe, leve pero molesta que no termina de irse hace semanas, parece retroceder y retorna. En la superficie del lenguaje, la metáfora también es un glitch.
No terminar de curarse nunca. No terminar de curarse nunca como una cura en sí, como la relación síntoma-búsqueda que también es un tejido. Porque saber que no se puede acceder al absoluto, a la perfección, es una invitación a la redención.
Aprender a amar es aprender a amarse a unx mismx en lo alto y en lo bajo, con y —sobre todo— desde la falla. Amar como se ama a una ciudad nueva que resulta misteriosa. Amar al otro: un acto de paciencia, una pequeña revolución. Abrazar el error sin comprometer la operación de los respectivos sistemas.
Algunas ideas: amar es un muy buen chiste, amar es hacer una manualidad, amar es animarse a fallar, amar es tomarse un avión con el compromiso de volver, amar es tener una casa en el mundo, amar es comprometerse a la claridad, amar es pausa, amar es una elección, escribir es amar. Porque escribir es lo más cercano a un hogar. Y la correspondencia es eso. Entonces amar es siempre respecto de sí.
Quizás el secreto es que estoy de acuerdo y no conmigo misma. Es decir, que aunque suene desconcertante: no tengo ni una puta definición ni solución para absolutamente nada y de ahí la liviandad enloquecedora con la que lucho.
¿Qué estás haciendo? Nada.
Escribo porque quiero y porque hoy puedo. Mañana no sé. Ayer tampoco. Acá y ahora desde el Barrio Gótico de Barcelona, por irme a vestir modelos en Ciudad Gótica, americana del sur digo-dice: hice todo mal y no me morí. Fui puro error y acá estoy: abandoné carreras, abandoné trabajos, fui egocéntrica, necia, le pegué una patada a una puerta y la saqué de un marco, rompí contratos y tazas, me divorcié, humillé, me dejé humillar, me pasaron tragedias, fui soberbia, fui antipática, fui excesivamente simpática y falsa, le vendí mi alma a un país y a una corporación, amé con locura y me entregué a tramas absurdas. No me morí aún, o si estoy muerta, el infierno no está nada mal: sigo tomando decisiones; sigo teniendo que aceptar que a veces, muchas veces, las cosas no sean como yo las imagino.
Que los textos se me revelen, que las ciudades me expulsen y me abracen, que el amor sea un caleidoscopio como el corazón de Sailor Moon y que me guíe la luz de la luna incluso cuando mi yo específica, pragmática y seria, desea tomar el mando y fracasa. Llevo una adolescente desenfrenada adosada a mi costado, que genera caos por querer ordenar la vida por color. Ella: nada de índices onomásticos.
La siento y le digo, ¿me dejás tomar el control? ¿Cinco minutos de silencio? Dame cinco minutos sin querer hacer un experimento que termine con manchas de moras y tintas fluorescentes, cinco minutos sin intentar convertir todo en una obra, en un perfume. El silencio no es su zona de confort. Me estudia, se busca. Camiseta navy, denim clásico y flats de cuero negro. Me juzga: aburrida. Me estudia, se busca, estalla: ¡Sos loca, tenés una langosta en la cabeza! Y se ríe y me río. Amar, amarse, es encontrar una versión (siempre beta) de la felicidad.
El amor es una con una.
El amor es llevar una langosta en la cabeza.
El amor es dejar que se descontrole por completo el guion, es entrar a una pantalla secreta en Super Mario Bros.
El amor es una máquina para la que nadie tiene el manual de programación.
El amor es un error de programación.
El amor es “?”.
Chuik!
M.
Pd: Tomé estas fotos en 35 mm con una cámara point and shoot muy sencilla, que me permitió reconectar con el éxtasis de la fotografía —mi primera carrera, el primer amor de mi vida. Cometí un error de -nueva- principiante: tomé un rollo entero en blanco y negro pensando que estaba trabajando con color. Casi todas mis fotos de París las creí perdidas. Las mandé a revelar en Barcelona, pensando que probablemente estaba tirando el dinero. Pero una parte de mí tenía fe (había en mí una étincelle de esperanza que me llevó a intentarlo).
Unx sabe cuando algo va a ir bien. Unx quiere, por las dudas, “cuidarse” de la posibilidad de fracaso y racionaliza, se prepara para aceptar, pero en el fondo sabe cuándo algo es único y mágico. Unx sabe cuando la cosa va a ir bien.
Me encontré con que la composición resultó —en muchos casos— mucho más emocionante de lo que esperaba. Como si pudiera sentirse la falta de lo que estaba buscando. La estructura del deseo.
Este Glitch es hermoso. Congrats!
Wow.