Hay veces que la realidad es áspera. Y te cuesta respirar como si vistieras traje de látex.
Quiero tener respuestas a todas las cosas que nos preocupan pero entiendo que pueda sonar un poco naif al simplificar la ecuación.
Qué si te digo que no hay ninguna certeza más que intentar hacer lo mejor y que igual se falla una y otra vez. Salir entrando.
¿A dónde voy con todo esto?
Están todas embarazadas y yo alterno entre una vida super anal, de levantarme a las 5 am y tomar clases de gimnasia para bailarinas, y un caos adolescente, caminar por el borde de la isla hasta las 2 am y escuchar Into My Arms seguido de Rill Rill, intentando sentir a dios en la respiración del East River.
Qué mierda está pasando, que cuando creo que estoy llegando aparezco en el mismo punto nuevamente sin solución de continuidad. La lógica del videojuego. Gotta get up, gotta get up, gotta get home before the morning comes.
Y el trauma es una puta mierda, basta de metáforas coquetas. El trauma es una mierda que se te trepa por la espalda y te arranca los pelos, que cuando pensás que saliste y ves el cielo y creés estar tocando con la yema de los dedos la libertad, en realidad estás al borde del precipicio. No tiene principio ni final.
Según la aplicación de inteligencia artificial de Google, que hace un resumen de la información encontrada en línea, el 7.6% de las personas experimentan parálisis de sueño. Así que, si mis cálculos son correctos, al menos 465 de ustedes se despiertan en medio de la noche convencidos de que hay un demonio dentro de su cuerpo y/o de que una fuerza sobrenatural les está impidiendo moverse o gritar. Y cuando finalmente despiertan, a veces incluso tienen la sensación de haber caído sobre la cama, lo cual en plena vigilia les hace dudar si no estuvieron luchando efectivamente con el demonio.
Luchar hasta descansando. Pelear con una bestia hasta en los sueños.
Pero si lograra hacer de este sentimiento una perla… Si lograra hacer de todas mis interacciones puro perdón. Si lograra esmaltar este dolor en oro holográfico. Que pasa si armo una muralla. Qué pasa si construyo un puente. Qué pasa si me abrazo a mi misma hasta deshacerme. Que pasa si me vuelvo alga, sirena, metal. Si hago un mar. Si reconstruyo la arquitectura del sonido del color de las estrellas. Qué harías si pudieras hacer la más pura de las bellezas? Contame, voy a estar esperando tu respuesta.
Un viaje infinito en la ruta de algodón dorado escuchando Radio Suavidad. Solo canciones para flotar y baba de luz. Y que sea todo rosa, de seda, brillante, de pelo del gato naranja más cariñoso del mundo. Tibio. Todo tibio. Que cada una de las cosas de tu mundo sean ni mucho ni poco, un abrazo ni muy ajustado ni muy suelto.
Limpiar los vidrios rotos de tu paisaje interior.
Qué decirte, hay días que no. Hay días que no se puede. Hay días que no deberían existir en la vida de nadie. Hay cosas que no deberían pasarle nunca a nadie. Pero escribimos porque el terror está en casa. O el terror también está en casa. Porque la falta es inevitable. El duelo lo atraviesan todos. Y absolutamente todos nosotros tenemos una definición personal para el horror.
Que el infierno no sea tu cabeza, que el infierno no sea tu cabeza.
Que tu salida no sea volver a la boca de la bestia.
Que te cuides, que te quieras.
Que siempre haya alguien tomando tu mano cuando recibas una mala noticia.
Y que de ese modo sientas que hasta la peor de las tragedias está plagada de conexión.
Entonces nada malo puede pasarte nunca.
Seas quien seas. Lea quien lea.
Que no pierdas el foco, que no pierdas la dirección.
Que nunca te sientas solo.
Que vayas con vos.
Que no te abandones.
Que no te dejes terreno baldío.
Esta vez es cortito, cariño.
M.
Gracias Maleni, hoy tu newsletter llegó de manera sospechosa en uno de esos días, donde brota el llanto en cada exhalación y lucho hasta descansando. Muy quemado. Si pudiera hacer la más pura de las bellezas tallaría un cielo de tornasoles con una estrella en el centro que no me encandile tanto. Gracias por este abrazo, por esta caricia tan suave en este día de mierda
Si pudiera hacer la más pura de las bellezas desataría los nudos que me endurecieron y anularía la desventaja de vivir a tientas entre la tristeza y la inercia de andar por andar (la cobardía). Lo bello es el arte de la vida siendo leve. Eso haría: la levedad.